marzo 18, 2009

Despropósito

Si no fuera por estas hojas
que se me secan en las costillas cuando respiro,
la sangre carbonizada de mis ojos
me dejaría ver tu esfuerzo de enredadera.
Pero las gotas que caen
de la caja del aire acondicionado
hasta mi frente
no hacen más que devolverme a mi deseo primero:
antes de la ciudad y el dinero
deseaba haber sido un río.

Ese lugar donde ocurre la vida prístina
no puede mudarse a la ciudad,
porque desmedidamente se convertiría
en el canal de sus excrecencias.

Deseo haber sido
un río salvaje, niño.
Tener la vida en la poesía
como el agua su reflejo en el cielo,
noches destellantes con susurro de caudal.
Pero tengo a cambio de mis deseos
el frágil péndulo de la vida
que se sube a una micro
para buscar un jefe que me acepte y me permita
seguir construyendo la ciudad de la que huyo.

marzo 04, 2009

Las esporas se deslumbran en el lago tenebroso de tu miseria,
las flores nocturnas se subordinan a tu paso marchito mientras el orfebre recicla tu corona
para alimentar al pueblo en tu banquete sacrificial. Es que este pueblo que me habita
está entumecido en el sudor de su cansancio. Pero siempre antes que eso te alaba, majestad, pues eres tú la llave que abre y vuelve a abrir
el recorrido de esta espiral,
cénit en el sentido del viaje. Porque en vendimia bebo tu savia, resplandor,
bebo en tu frente el sudor de la cosecha
que hoy sacrificas para reavivar la fé.

Sales por que el propio claro te invoca a salir,
porque las sombras se disipan al ojo abierto de la noche
y desenvaina el espíritu como una bola luminosa
que devela los pasajes, las entrañas de la ciudad del yo.

Sales a la fiesta del ser en tu nombre
por la voluntad del sacrificio,
por la libertad de tus dones.
Sales por que es la hora de la aurora
que refundará tu pueblo.

Todos los que queramos levantar la cabeza seremos crucificados.

La nada está tan preñada de tu angustia
que un día, cuando para,
tendrás todo tu dolor santificado
en la agonía del sacrificio,
perdón de las culpas personales,
caminos de vida en la regeneración del ser.

Como una aurora a media noche que se cuela en lo oscuro
con un divertimento de fuga en verdeazul,
la noche se preña, germina
desde las profundidades de la nada
un mar de bronce en su armonía emerge.

Para emerger, el sacrificio;
para el sacrificio, todo el ser;
para el ser, la paz.