noviembre 03, 2005

Interrupciones a la hora del té

Este amparo de nubes bajo mi luna
trae el aroma y sabor del silencio
despejado en una noche sin peces
cortando el aire.
Ausente de transeúntes perversos,
se oye el agua bajo el suelo como brotando
del alcantarillado cerebral de los durmientes,
escurriendo el río subterráneo de la vida.

Quieta la atmósfera
del vago rumor que gobierna las horas,
se acercan pompones de azúcar
en ronda imprecisa mientras cantan
sonatas invisibles al viento
en su cósmico escenario.

Comienzan las aguas a reunirse en gota
y los peces, infames, se levantan
en pira catastrófica contra el silencio
mientras mi espíritu ronda
a la intemperie de mis pensamientos.
Me ampara un amplio velo blanco bajo la luna,
que se afana en escurrirse
para rozarme y conversar
junto a la ausencia de mi usual
téycigarro…

Repentinamente se desvanece en fuga,
barrida por la mutilante aparición
de los sonidos accidentales del fuego,
enturbiando el calor de una plática secreta.
Renace el tiempo y acorta sus lapsos
que recubren la atmósfera con el murmullo delirante
de horarios y alarmas y motores
y buenos días y mande usted…

No me place,
el instinto gregario no me place,
me interrumpe.

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