Anda a marinarte
que ya vamos al terror del viejo abismo
donde no tendremos que esperar a que nos coman
pues la sangre va drenando nuestra carne
Y el dolor
es un adormilante
que desata los sabores de la piel.
Triste señuelo,
depredador subacuático se relame
sin lengua despedaza lo que el verbo creó.
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