Nunca nadie me advirtió
que debía llevar corbata para cenar.
Nunca nadie me advirtió
que debía mentir para conservar
la cabeza.
He perdido el juicio y lo persigo
a tropiezos con él,
he perdido la carne
y lo prefiero así.
No acepté
despertarme en tu cuna de oro estéril,
me negué
a tu mentira engalanada
por la pura verdad.
Y aquí estoy,
debajo del puente, aquí estoy,
sin hogaza de pan
aquí estoy,
desnuda la mente, aquí estoy,
por la pura verdad.
Y no me digas questoy muerto
y no me digas que lo tuyo es mejor…
o peor.
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