noviembre 03, 2008

Poética de los sucesos ii


No me digas que a ti te parece justo
esto que pasa aquí:

Súbitamente ruge la tierra y de una boca emerge cálido
este manto plateado
que acuna la trémula noche.

Pálida
mi frondosa tierra
de cemento fresco cubre, comiéndose
el forraje como si pasto fuera,

cemento por arriba,
cemento por abajo.

Madre no te arrojes así
sobre los últimos que te pueblan,
no sobre el fin del mundo tuyo,
encobrecido en el tercer
lugar del medallero oficial desta civilización.

¿O acaso serán los primeros los últimos en caer?
Así se demora la cosa nomás.

¿Y te parece justo esconder así
tu arcana ciudad y su entrada?
¿Te escondes así: cenicienta?
Ciudad de los césares, se pierde la entrada y sella
la propia plaqueta y cicatriz.

 ¿Alguna otra puerta abrirás quizás,
por debajo del tiempo como si
una carta deslizaras al final del juego,
estirando el azar?

O dirás que esto es
producto del amor.
Sí, precisamente el amor que
no ejercemos sino como humanos,
cosas humanas,
cosas humanas

versus

seres humanos

            =

humano erupción

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